miércoles, 16 de febrero de 2011

El cartero


"El cartero" es un claro ejemplo del potencial de la genialidad que puede alcanzar el cine. Mientras que toca las fibras emocionales más hondas, apela también a las sensibilidades artísticas y a las pasiones físicas.

La película explora los personajes de manera tan personal que sientes por ellos, casi como al leer un libro. Es un estudio de los personajes más que sólo un retrato, tal como debería ser la fotografía. Más allá de la superficie, de las gracias que pudieran hacer o de una que otra línea cursi que pudieran decir.

Viajamos al alma del cartero a través de su gran admiración por Neruda y su deseo ferviente de ser artista, así como a través de su "amor a primera vista", que bien pudiera ser considerado un capricho, pero uno que quizás todos quisieramos poder cumplir y al cual él se entrega cuerpo y alma.

Mientras que acompañamos al ingenuo hombre en su trayecto para encontrar su voz, quizás podamos encontrar la nuestra también. Encontrar al poeta dentro... y no hay que confundirse, no me refiero sólo a hacer versos. También se puede ser poeta con la imagen, con la prosa. Encontrar el corazón de las cosas, encontrar una metáfora para transmitirlas, ya sea por medio de palabras o de imagen.

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